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Me quieren quitar mi casa

  • Foto del escritor: Panamá Property Law
    Panamá Property Law
  • 8 ago 2020
  • 3 Min. de lectura


Antes de la pandemia, los juzgados, a lo largo del país, ya recibían gran cantidad de demandas de bancos y acreedores de rematar propiedades inmuebles de sus deudores, quienes (ellos mismos o un tercero) habían puesto en garantía por un préstamo que habían recibido. Eran tiempos “normales”, y, a pesar de ello, ciertas crisis personales acabaron por dejar las capacidades económicas imposibilitadas de cumplir con la letra del banco.


Hoy día no se trata de crisis aisladas. La crisis está totalmente extendida por todo el mundo, afectando a más número de personas de lo imaginado. Es algo sin precedentes. Por eso los hechos no están siendo vistos superficialmente, ni se están tomando decisiones de manera apresurada. Por lo visto, se busca disminuir las alarmas y el pánico en el escenario económico. Ya se sabe que, además de injusto, apretar a los grupos más débiles profundizará la crisis.


Esto lo sabe el que presta dinero en forma habitual. Entiende que debe medir sus pasos tratando de evitar en lo posible afectar aún más a quien ha sido su cliente. Por supuesto, no es iluso; sabe del inminente incumplimiento masivo de compromisos bancarios. En tal sentido, no tratará todos los casos por igual. Pero el cliente también debe conocer su situación, no esperar que el banco se anticipe. “Un cliente informado tiene poder”, es una expresión muy popular y que cobra mucho sentido en estos momentos.


Lo que se debe evitar en lo posible, es que las condiciones estén del todo dadas para llevar el caso al juzgado. Cuando un banco decide actuar, el demandado siente que poco o nada puede hacer, más que resignarse, llenarse de impotencia, y por supuesto, de sufrir un alto nivel de estrés. Y no es para menos: leer el contrato de hipoteca y ver que existen cláusulas muy o medianamente precisas que indican que la mora en el pago de la letra acarrearía, tarde o temprano, perder la propiedad inmueble que se puso en garantía, es una realidad que deja a cualquiera perplejo y en desolación.


Muchas veces esa preocupación (de perder la propiedad, que por lo regular es la propia casa o lugar de trabajo) es algo que se produce mucho antes de que se verifique el incumplimiento en el pago, porque se sabe que pronto se llegará a esa situación. Lo lastimoso es que el tiempo que transcurre desde ese momento y el momento en el que el banco decide actuar, se pierde, debido a que se desaprovecha la oportunidad (que puede ser de varios meses) para identificar todas las posibilidades de no perder o de perder menos. Y nos referimos a alternativas que el propio banco puede encontrar como factibles.


No hay por qué atarse de manos ni de mente; no está permitido rendirse. Lo que cabe ahora es, primero, analizar la situación propia y, luego, el contexto en el que uno está y los recursos, por muy pequeños que creamos que sean, del que disponemos. La situación de las hipotecas inmobiliarias es una de ellas. En buena medida, es cuestión de entender las cosas en juego: por un lado, el monto de la deuda, y por el otro, el valor de la propiedad que garantiza la deuda, u otra a la que se tenga acceso.


En Panama Property Law contamos con los profesionales experimentados que usted requiere en este momento y nos complacerá brindarle la asesoría jurídica y técnica especializada necesaria para ayudarle a efectuar el análisis de la situación de su crédito, sus garantías y cómo armar un mecanismo o propuesta legal para presentarle a su acreedor antes de que se plantee una ejecución judicial de la deuda bajo condiciones fuera de su control.


 
 
 
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